miércoles

ROMANCE AL MENDIGO


Ayer tarde en la terraza
vimos pasar un mendigo
tenía cara de hambre
y parches en el abrigo.

Zapatos sin los cordones
rebuscando por las mesas
entre papeles y latas
por comer algunas presas.

Coraje me daba verlo
tan pobre y sucio que estaba
quise decirle "te invito"
cuando vi que se marchaba.

No paré de darle vueltas
durante la fría noche
¿donde dormirá el hombre
sin casa ni afiliaciones?

Tan preocupada me hallaba
que le busqué en la ciudad
y al recodo de la esquina
con un cartón se abrigaba

tiritando por el frío
dormía con humildad
y la gente le evitaba
sin pizca de caridad.

domingo

Anoche, en mi edredón de plumas de oca

Anoche no pude dormir,
daba vueltas en mi confortable y cálido edredón de plumas de oca...
pensando que era una madre palestina,
que trataba de abrazar a mis hijos para darles mi calor,
entregar la sangre blanca de mis pechos
para calmarles el hambre y cantando
quedas canciones para amortiguar su miedo.
Cuando miles de niños elevan su mirada al cielo
y ven brillar luces de palmeras
multicolores y truenos festivos de polvora...
los míos ven luces mortales
de bombas de racimo que taen muerte y
desolación a sus casas sin paredes.
¡Bombas de racimo!
¿Quien osa proclamarse padre de tales engendros? ¿
Que retorcida mente enferma pudo crearlas?
¿Pensó cuantas vidas segadas quedarían tras su explosión? ¿
Cuantos "daños colaterales" podría provocar?
Daba vueltas y más vueltas en mi cálido edredón de plumas de oca...
Y seguía siendo una madre palestina
que vivía en la ciudad de Ghazza
y veía a mis hijos morir de hambre,
de frío, de miedo...
por la explosión de una bomba,
el ametreallar de un arma...
¿Quien llegó a creerse la historia de David y Goliat?
¿Quien puede creer que se combate igual
con armas modernas preparadas
para matar durante la noche,
que con piedras lanzadas por el brazo de un niño?
Y no podía dormir dando vueltas en mi cálido edredón de plumas de oca...